La distorsión cognitiva de hacer dietas

Todo proceso cognitivo está asociado a tu cerebro, tu sistema nervioso, y también se ven involucrados otros sentidos. Se refiere a la atención, la percepción, el proceso de aprendizaje, memoria y pensamientos, las sensaciones y el lenguaje. A través de la experiencia tu vas adquiriendo conocimientos y vas aprendiendo a utilizar los diferentes procesos cognitivos que te ayudan a tener la capacidad de entender, comunicarte, razonar, interpretar, planear y resolver problemas.

Ahora, vamos a ver qué distorsión se puede desarrollar cuando vives en un ciclo constante de dieta. De qué forma tu percepción y la manera en la que te relacionas con la comida puede verse alterada por una mentalidad de restricción y culpa hacía los alimentos.

Uno de los puntos que más veo en consulta es el tema del miedo. El miedo a la comida es de los primeros pensamientos que se desarrolla cuando una persona empieza una dieta. La mente lanza preguntas como “¿Este alimento engorda?” “¿Qué alimentos queman grasa?” “¿Qué debo comer para bajar de peso?” “cómo puedo compensar si comí algo que está mal?” “¿Qué no debo comer?” ¿Cuánto debo comer?” “Si como de más voy a engordar”… preguntas que te van dirigiendo a perder el disfrute de la comida y poder salir a un restaurante a disfrutar con tus amigas por no saber qué podrás comer o si tendrás control de no comer algo de tu lista prohibida, todo por este enfoque hacía ser perfecta en el intento de ser “saludable”.

 Si te pones a analizar con atención las preguntas anteriores, se puede notar que el común denominador es la pérdida de peso y la imagen corporal… Cuando la salud y bienestar son los protagonistas las preguntas se escucharían así: “¿Qué alimentos me hacen sentir bien?” “¿Qué hábitos puedo cambiar para mejorar mi relación con la comida?” “¿Qué ejercicio me gusta hacer?” “¿Cuántas horas de sueño necesito para descansar?” “¿Qué actividades puedo hacer para mi bienestar?”

El miedo distorsiona la percepción que se tiene hacia los alimentos. ¿Cómo? Te explico con el siguiente ejemplo: Una pizza ya no se ve como una deliciosa pizza que tiene salsa de tomate, queso y pepperoni, se ve como una comida que tiene muchas calorías y te llevará a hacer dos horas extras de ejercicio para compensar, si es que decides comerla. La caja viene con un letrero rojo imaginario que dice “¡Cuidado! Si comes una rebanada de esto romperás la dieta y serás un fracaso…” La realidad: es solo una pizza… Pero esto es el resultado de vivir a dieta y entrar en esta cultura que le gusta etiquetar todo enfocándose en lo que no puedes hacer, no puedes comer y el cuerpo que no debes tener.

Se ha desarrollado esta percepción errónea de que hacer dieta convierte automáticamente a la persona en “saludable”y cuando la rompe, se regresa a “no soy saludable”. Es un ciclo de pensamiento que gira: Mientras haces dieta te sientes segura de ti misma con todas sus reglas en forma. La rompes y se deja ver la realidad de que no eres perfecta y estás enredada en comportamientos alimentarios desordenados que no te permiten disfrutar y apreciar tu verdadera belleza y potencial. Luego porque te sientes mal contigo misma, vuelves a iniciar una dieta…

Las dietas siguen tomando el control de la salud ¿Por qué? Porque es una industria billonaria que llegó para quedarse. ¿Qué podemos hacer? Educarnos sobre el tema, abrirnos a aprender y conocer caminos que vayan de la mano con tu salud. Esa vocecita que te habla, escúchala. Es tu intuición. Si algo te hace ruido y no te sientes segura, aunque miles de personas esten siguiendo esa moda, no tienes que seguirla tu también. Escucha tu voz, escucha a tu cuerpo. Sé fiel a tu esencia. Aprende a navegar las olas de la vida a tu ritmo.

¡ O J O ! No tiene nada malo querer cambiar tus hábitos, ser saludable y sentirte bien. Lo que pasa es que la cultura de dieta se ha dedicado a relacionar la palabra “saludable” y “bienestar” con el peso. Y el peso no tiene nada que ver con ser saludable y sentirte bien. El peso no es un comportamiento.  El peso no es una práctica que define tu salud ni mide tu bienestar. Un comportamiento es una acción que puedes llevar a cabo para apoyar tu salud. Por ejemplo: Dormir las horas que necesitas, salir a caminar para activar a tu cuerpo, ir a terapia, añadir una verdura diferente a tu comida o aprender a escuchar a tu cuerpo para tomar decisiones que te hagan sentir bien.

Entonces si quieres ser más saludable y sentirte bien, no te enfoques en el peso si no en tus comportamientos modificables que te guían a ello.

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Paulina.